Hoy
en día las ramas del Derecho o Leyes se han extendido tanto como los negocios
donde las barreras físicas cada vez son menores, el tiempo de respuesta hace la
diferencia en un servicio y de cualquier dificultad nace un emprendedor. Sin
embargo, la complejidad comercial conlleva a la preparación de profesionales
que respondan a un mercado mucho más activo y exótico para dirimir en temas
contractuales poco comunes.
Al igual
que la dinámica comercial, el sistema judicial también requiere de cambios que
estén a la altura para proteger los derechos de todos aquellos que acuden de
una u otra manera a los estrados judiciales para dirimir sobre un tema específico
en el marco de la Constitución y bajo los principios de equidad y debido
proceso. Para proteger tales principios, el sistema judicial acude a
profesionales expertos, testigos expertos, y/o peritos a través de la prueba
pericial.
El
objetivo de la prueba pericial es proporcionar al juez los conocimientos
relacionados con determinado tema, en los cual el testigo experto tiene el dominio
y la pericia técnica y científica de la que el ente juzgador carece para
dirimir las controversias entre las partes. Dicho prueba pericial o peritaje
tiene inmersos métodos científicos y técnicas precisas para calificar, evaluar,
apreciar elementos y eventos propios del caso en cuestión, los cuales pueden
ser admitidos o negados dependiendo la hipótesis inicial.
Siendo
el peritaje una actividad realizada por personas esencialmente calificadas a
través de un encargo previo judicial para proveer un dictamen con una exposición
técnica valorativa, el perito y/o testigo experto debe tener las calidades,
cualidades y credenciales con mayores estándares de la industria para aportar
su pericia al caso.
Como
es bien sabido, un proceso judicial tiene varias instancias que cambian de país
a país, y entre ellas es la valoración o calidad de los testigos expertos. Cada
contraparte representada por su abogado puede impugnar el testigo experto dentro
del juicio. Una de las tareas que tienen los abogados en un proceso judicial
que incluye un testigo experto y/o perito es la desacreditación del mismo para
invalidar el dictamen presentado. Para ello el abogado de quien no está de
acuerdo con el dictamen o perito, no ahorrará esfuerzos y hará la debida
diligencia para en lo posible encontrar detalles que pueden desacreditar o
restar credibilidad del perito. Los aspectos educativos, actividades
profesionales, pasado laboral, entre otros estarán en la lista de chequeo, y si
en alguno de los anteriores puntos hay áreas grises, serán los argumentos
perfectos para desmeritar el perito y/o testigo experto con graves
consecuencias.
Es por
ello que ser perito y/o testigo experto requiere de un pasado profesional, laboral
y educativo totalmente cierto, transparente y abierto, ya que un pequeño
detalle hace la inmensa diferencia en un caso. A continuación, se encuentran
los detalles más comunes por lo cuales un perito y/o testigo experto pierde credibilidad
o es impugnado:
Las
credenciales académicas son o fueron falsas. Aunque parece una falacia, la
publicación de falsos certificados o diplomas es más común de lo que parece y
especialmente en ramas del conocimiento que son muy particulares o de poca
audiencia. No importa si el evento de falsedad hace parte del desespero, la
huella siempre quedará especialmente cuando la debida diligencia se hace con
juicio. De hecho, sorprende encontrar peritos y/o testigos expertos en áreas
contables, financieras o delitos económicos con certificaciones falsas representadas
en diplomas físicos elaborados con alta creatividad.
La
inestabilidad laboral o de negocios hablan por sí solas del profesional. La
constante creación de empresas o firmas temporales, cambios de la razón social,
alta rotación de socios de negocios, entre otros, son aspectos que inciden
negativamente en la presentación de un perito y/o testigo experto. La
diversidad empresarial le resta enfoque a los atributos excepcionales por los
cuales el perito y/o testigo experto fue encargado. Así mismo, un pasado laboral
poco claro o inestable pueden ser razones por las cuales un perito puede ser
desprestigiado en un juicio. Las hojas de vida son analizadas con extremo
cuidado con el ánimo de evidenciar incongruencias o errores que sirvan para desmeritar
la idoneidad perito.
La poca
o pobre experiencia y técnica científica en la aplicación de metodologías. Cualquier
afirmación en contrario, inconsistencia científica, información incompleta,
irrespeto a los procedimientos técnicos, herramientas tecnológicas desactualizadas,
carencia de licenciamiento tecnológico, o tiempo de respuesta son errores
imperdonables que busca la contraparte. En los procesos de debida diligencia, los
casos complejos cobran valor cuando son exitosos; sin embargo, cuando tales
casos fueron desfavorables, las contrapartes esgrimirán todos estos detalles para
impugnar la participación del perito y/o experto por su falta de experiencia y técnica
científica.
La generación
de ruido por incumplimiento profesional, discrepancias con terceros, problemas
financieros, uso inadecuado de las redes sociales, comentarios racistas, entre
otros aspectos serán los argumentos que cualquier abogado busca para tener en
la cuerda floja a los peritos y/o testigos expertos que por cualquier razón olvidaron
los valores, la ética y la moral en un chispazo de vida. La sensibilidad de un
caso puede verse seriamente afectada por un comentario olvidado en cualquier
aplicación o incluso puede conllevar a sanciones disciplinarias.
Ser
perito y/o testigo experto requiere más allá de conocimiento, técnica y experticia,
ya que, a la hora de aportar un dictamen, los detalles personales menos
deseables saldrán a flote con el ánimo de desacreditar al perito. El uso de la
debida diligencia y las herramientas de investigación aportan información
valiosa para cuestionar o defender al perito y/o testigo experto ante los
tribunales. Por lo tanto, cualquier conducta inapropiada o práctica antiética o
culturalmente inadecuada demolerá el concepto científico mejor preparado.