sábado, 18 de noviembre de 2017

Comportamientos artísticos de un estafador

Desde niños hemos admirado y seguido a aquellos personajes que nos han llenado de emoción a través de la pantalla chica o del cine. Los artistas en toda la extensión de la palabra han marcado de alguna manera etapas de nuestras vidas con su música, películas, arte y hasta telenovelas. La mágica manera de trasformar sus vidas personales para envolvernos con la fantasía de sus cuentos de hadas o historias horror nos embelesa a tal punto que desdibujamos la realidad de ese ser humano que nos divierte.

Sin embargo, no todos los artistas son de película o concierto ni merecen ser aplaudidos, ya que existen otra clase de villanos reales que tienen como objetivo engañar y destruir la dignidad de aquellas personas que aún creen en los cuentos de hadas.

A continuación encontrará algunos tips o claves que le ayudarán a identificar algunos comportamientos artísticos de un estafador o defraudador, quien solo necesita su cerebro para crear las estrategias para iniciar una película de amor puro y terminar en cuento terror desgarrador.

Los estafadores o defraudadores persiguen insistentemente a las personas más vulnerables y desprotegidas, ya que su instinto les permite oler carencias afectivas o emocionales y obviamente jugar con ellas. Si alguna vez Usted fue estafado no significa que sea estúpido, solo significa que fue un momento de vulnerabilidad. Los estafadores aman el amasijo de dolor, soledad, tristeza y desespero que una persona puede demostrar en cualquier comentario o post. Constantemente están buscando personas con bajo autoestima y alta susceptibilidad para envolverlas y convertirlas en víctimas.

El éxito de un estafador depende del deseo y abandono racional que tiene su víctima para vivir a través de la fantasía. La mejor forma de descubrir los deseos de alguien es preguntando y tomando nota de los aspectos de mayor importancia. Es por ello que las víctimas no hacen muchas preguntas pero responden a muchas que un perpetrador haga. Por ejemplo, un estafador sabe que las víctimas no investigan por qué la oferta es tan atractiva, pero si están interesados en que la oferta les brinde beneficios o ganen dinero. Un estafador no solo necesita ser un buen actor, también requiere de la audiencia para llenar sus bolsillos.

Cada que se abre el telón, el perpetrador tiene preparado el libreto o discurso para que su víctima se sienta más cómoda y disfrute la función. Estos intrépidos artistas han recogido cuanta información sea posible para forjar un lazo de confianza que le permita manipular fácilmente a su víctima y crear un mundo de fantasía. Sus gestos, lenguaje corporal, tono de voz, oportunidad en el discurso, vocabulario, seguridad y hasta falso intelecto son algunos de los recursos que usan los estafadores para crear una sensación de familiaridad y pertenencia. Un buen estafador tranquiliza a su víctima a través historias con empatía que revelan sus propias ansiedades, fallas y deseos para fabricar un terreno común donde los errores son permitidos y jamás cuestionados. Lo más importante para los estafadores es romper las defensas mentales de su víctima permitiendo el acceso al espacio físico de sus bienes.

La vergüenza es el arma más poderosa de cualquier estafador, de ahí que su abuso se convierte fácilmente en extorsión para mantener a la víctima dominada y humillada. En su último acto, el perpetrador sacará el mayor provecho posible antes que su víctima de salga del país de las maravillas y despierte en la cruda realidad con menos dinero y sin dignidad. Así que antes de entrar a la obra de teatro por la puerta principal, piense que la salida de emergencia generalmente es por detrás.


En esta telenovela llamada vida, es una lástima la falta de educación que nos rodea sobre los perpetradores o estafadores que buscan las oportunidades para devorar la dignidad de las personas. Igualmente, nuestros deseos de vivir en un mundo de ilusión donde no asumimos nuestros problemas ni buscamos soluciones, abren la puerta para que los oportunistas con libretos bien elaborados y diseñados para aquellos que solo quieran escuchar lo que quieren escuchar. Un defraudador detesta la inteligencia, el sentido común y la seguridad personal. No entregue su corazón y dinero en bandeja de plata a un defraudador que no tendrá piedad al quitarle su dignidad; y antes de hacerse películas mentales piense porque de eso tan bueno le están ofreciendo tanto.

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