Los departamentos de
personal o talento humano o recursos humanos son la piedra angular de la
prevención del fraude corporativo. La elección del empleado ideal tiene que ir más allá de la
búsqueda subjetiva de candidatos idóneos que cumplen con las condiciones técnicas
e intelectuales del cargo a suplir, ya que dicha búsqueda debe ser el primer
factor de disuasión frente al fraude.
Sin embargo, el análisis
de las aptitudes físicas y mentales de los solicitantes por medio de entrevistas, pruebas
psicométricas y exámenes médicos son en muchos casos más importantes que la
búsqueda de personal que realmente esté y quiera estar alineado con los valores
de la corporación.
Como es bien sabido el
factor humano es fundamental para el desarrollo del mundo empresarial; y a
pesar que los medios de producción son cada vez más automatizados o robotizados,
la mano de obra y el talento siguen fortaleciendo las industrias en el mundo.
Sin embargo, el éxito empresarial se ve manchado por aquellos que de alguna
forma se dejan conquistar por los antivalores y actúan en contra las
organización para alimentar fraudulentamente sus bolsillos. Es por ello que los
programas de prevención del fraude deben incluir los procesos de reclutamiento,
selección y contratación del personal.
La disuasión de la
comisión del fraude empieza por casa y debe ser desde el mismo momento o
contacto que tiene el candidato laboral con la empresa; es por ello que un
ambiente de total control y la férrea actitud frente al fraude son las herramientas
básicas de disuasión.
Como es bien sabido los
perpetradores se encuentran en todas las esferas y hacen todo lo necesario para
romper las normas con el único fin de incrementar su patrimonio y sostener su
ritmo de vida. El perpetrador monitorea y detecta las oportunidades, deficiencias
y falta de control de su objetivo. Su agudo olfato e instinto para detectar laxos
controles le ayudan a crear las estrategias necesarias para irrumpir en las
finanzas y en general en los activos de la empresa y tomar de allí lo que le
satisfaga. Un perpetrador no tiene escrúpulos y en muchos casos buscan las
empresas con carencias administrativas y financieras; es decir un perpetrador
tiene un target y perfila su víctima cuidadosamente. Pero, ¿Cómo puede un
empresario proteger su organización desde el departamento de Recursos Humanos o
Contratación?
El Reglamento Interno de
Trabajo es la herramienta más básica y conocida del mundo laboral. Su redacción
debe contener aspectos fundamentales sobre faltas graves y menos graves relacionadas
con el fraude corporativo o los riesgos a los cuales está expuesta la empresa
en este tipo de temas. Es decir, que el RIT, no debe ser la simple y
tradicional recopilación cláusulas o artículos relativas a la forma de laboral;
un RIT debe estar alineado con el ambiente de control y el buen gobierno corporativo,
de modo que desde el inicio de las labores esté claro para el nuevo empleado la
inflexible actitud al fraude.
El buen gobierno corporativo
es otra herramienta que protege la entidad o corporación por medio de la
orientación, supervisión y control de los riesgos; de ahí que los candidatos a
suplir las vacantes y los nuevos empleados que pretenden cometer fraude sienten
desestimulo al observar que cada una de las personas que ocupan cargos desde la
junta directiva hasta el último empleado están comprometidos con la
transparencia y la ética en todas las transacciones de la compañía.
El programa de prevención
de delitos económicos es también un recurso avanzado que permite blindar a la
empresa de futuros riesgos y por ende consecuencias económicas que algunos casos
son pérdidas incalculables como también reputacionales.
Por lo tanto, los procesos
de reclutamiento, selección y contratación del personal que son desarrollados
por el Departamento de Recursos Humanos o de quien haga sus veces deben ser la
piedra angular de cualquier programa de prevención de fraude o lavado de
activos. Igualmente, la creación del adecuado ambiente de control debe involucrar
un Reglamento Interno de Trabajo capaz de sancionar las faltas leves y graves
relacionadas con los riesgos de fraude y lavado de dinero en la corporación. Así
mismo, como principio económico y de administración de fraudes sabemos que es más
barato prevenir que corregir y dicha prevención debe iniciarse con el primer
contacto del candidato y la empresa demostrando Congruencia e Integridad y
tomando la actitud antifraude como estilo de vida laboral.
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