lunes, 25 de marzo de 2013

EN TIEMPO DE CRISIS NO TODO SE VALE

EN TIEMPO DE CRISIS NO TODO SE VALE
(En asocio con Vivian Alvarez)
A pesar de ser un título un poco trillado, no se me ocurrió otro que reúna los elementos de una de las tantas experiencias de mi carrera profesional y más aún en la época de Asambleas de Accionistas o Juntas de Socios.
Cada año los accionistas esperan ansiosos conocer los resultados de las compañías con el ánimo de valorar sí lo allí invertido justifica tenerlo o por el  contrario es necesario cambiar de inversión; de hecho en diferentes sectores de la economía muchos Gerentes y Administradores quisieran llegar acompañados por sus Juntas Directivas y una sonrisa dibujada como muestra del placer de entregar resultados positivos para todos; sin embargo  algunos no gozamos de la sonrisa, toda vez que los reveces económicos del país y a veces algunas improvisaciones gerenciales conllevan a replantear urgentemente el negocio y por ende los inversionistas a cuestionar su inversión.

Nada de  lo anterior es nuevo, tampoco tiene relevancia mientras que las condiciones de mercado se mantengan y se tenga la libertad de escoger que hacer con una inversión que no está rentando lo esperado y su riesgo crece desmesurado; incluso retirarse como accionista de la empresa es un derecho enmarcado en los Estatutos de la Compañía y al cual no se debe renunciar, como también lo proclama nuestra Constitución Política, nadie está obligado a estar donde no quiere estar.

Mas allá de tomar la decisión de seguir o no en la empresa en la calidad de accionista o socio, los Gerentes y Administradores estamos evidenciando como el accionista presionado por los grupos al margen de la ley pretenden ceder o han cedido parte de las acciones en empresas de carácter privado como pago o parte del pago de las sucesivas extorsiones en los lugares del país que tienen un conflicto armado constante y represivo.

No es para aterrarse, en un país donde hacer empresa cuesta y los factores externos como la violencia a todos los niveles a veces se vuelve paisaje, la extorsión se convierte en la diferencia de hacer y no hacer, de vivir o no vivir. Sin embargo contemplando mentalmente la escena vivida aún me queda el sin sabor de escuchar como es preferible “donar” las acciones a un grupo de desconocidos que aunar esfuerzos para darle el tan necesitado giro al negocio; aún más cuando tiempo atrás los frutos recogidos fueron importantes y más de los esperados.

Señores Accionistas y Socios, no todo en época de crisis  vale, si bien es cierto nos podemos quejar algunos o alegrar otros por los resultados presentados en el presente año, por el rumbo de la economía o por el futuro de nuestro país, ello no significa que la mejor forma de solucionar nuestros problemas es aceptar el delito como parte de nuestra cultura y lo peor quererlo integrar a la economía como una actividad de carácter legal; nuestro compromiso como Accionistas, Administradores y Gerentes es darle continuidad a una ente jurídico mientras las condiciones del mercado lo permitan tal como lo han hecho miles de empresas en Colombia, o si por el contrario el ciclo de la empresa  ha llegado a su final, simplemente debemos recoger nuestras banderas con la cabeza en alto para dar lo mejor en otro lugar.
Hasta donde somos capaces de tolerar actos que parecieran ser solo de supervivencia pero que en el fondo son temerarios? Cómo le explicamos a  nuestras familias que lo primordial es el resultado por encima del método? Es preferible permear una sana cultura empresarial que tomar el problema por los cuernos? Cómo profesionales Contables y Administrativos cual debe ser nuestra reacción a semejante propuesta? Será que nos puede el miedo a perder el trabajo que negarnos rotundamente en permitir el ingreso de los grupos ilegales a la legalidad empresarial?

Nuestro papel activo en la economía colombiana se debe basar en altos niveles de ética y moral, para no darle entrada a algún agente que atente contra el buen gobierno corporativo, teniendo siempre la legalidad de las acciones como el pilar fundamental para el desarrollo de nuestro país.

Marta Deise Cadavid Acevedo, AMLCA,
Certificación AML (Anti-Money Laundering)

Certificación CEAR/LAFT (Anti-Money Laundering SR)

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