Quizás uno
de los momentos más difíciles que cualquier ser humano puede vivir es la pérdida
de un ser amado. Para muchos la tristeza y el dolor invade todos los espacios,
y aunque para otros puede ser el alivio de un largo sufrimiento, el vacío tanto
espacial y legal no dan espera. Uno de los abusos o fraudes más comunes pero de
los que poco se habla es el arreglo de los aspectos legales del difunto.
Historias van y vienen de personas muertas que reviven con deudas, las cuales
deben ser pagadas por sus familiares. Préstamos personales, fiados, activos no
pagados, hipotecas no protocolizadas, arreglos privados en cualquier trozo de
papel, entre otros son la punta del iceberg de los fraudes que se cometen con
los muertos.
La industria
criminal no perdona ni respeta, y la pérdida de un ser amado no es la excepción
de los perpetradores que se dedican a monitorear a los fallecidos de la semana
para solidarse con la familia y no precisamente para ofrecer total respaldo. Este
tipo de criminales son aves de rapiña del dolor ajeno que con astucia y falsa
empatía se acercan a la familia doliente para expresar sus condolencias y de
paso actuar. Durante el funeral, este tipo de perpetradores comienza la debida
diligencia, acercándose al círculo más alejado de familia y amigos para indagar
por información y poco a poco llegan a los dolientes más cercanos de quienes
abandonaron este espacio terrenal. Popularmente se dice que no hay muerto malo,
de ahí que cuando el perpetrador contacta a la familia más cercana tiene
suficiente información para con nombre propio expresar sus más profundas
condolencias por la reciente pérdida.
Pocos días después y con la información recogida, el
perpetrador comienza su práctica desalmada de cobrar una deuda inexistente y
con documentos que en muchos casos son falsos. Este tipo de fraude tiene muchas
aristas, ya que dependen de la información recolectada en el funeral, tipo de
familia y pasado del difunto. Los reclamos comienzan simples y amistosos e
incluso con empatía, y de acuerdo al nivel de aceptación y convencimiento, las
conversaciones se tornan cada vez más ásperas y exigentes con el único
propósito de presionar el pago en medio de la crisis.
La debilidad en este tipo de fraudes comienza cuando se
sabe poco de la vida personal, legal y económica de quien muere. En muchos
casos, los miembros de una misma familia ocultan sus actividades por múltiples
razones. Incluso es común saber que entre ciertas parejas hay recelo para revelarse
aspectos económicos y legales, lo que conlleva a nadar en una mar de sorpresas
con un traje de baño llamado vulnerabilidad.
Para evitar este tipo de crisis le recomiendo algunos
tips que usted puede implementar inmediatamente:
- Legalice documentos de compra-venta, préstamos, hipotecas, y demás documentos a través de autoridades locales o notarios de su ciudad.
- Si sus documentos requieren testigos, escoja personas cercanas a Usted que puedan esclarecer cualquier situación cuando se requiera.
- Mantenga sus documentos personales organizados en un solo lugar. Prepare notas sobre dichos documentos o cambios que se deben hacer en el tiempo.
- Su familia merece saber la verdad, pero en caso de que no desee revelar su vida económica y legal, implemente una estrategia con la cual se puedan aclarar tales aspectos cuando Usted muera o incluso en una enfermedad en la que Usted no pueda actuar.
- Tenga sanos hábitos de pago y use entidades conocidas para establecer su crédito financiero.
- Adquiera sus muebles y electrodomésticos en almacenes conocidos con amplias formas de pago.
- Tenga un abogado y/o contador de confianza que conozca sus movimientos legales y estrategias para actuar en caso de su ausencia.
- En caso de que Usted sea el doliente, comuníquele a su familia y amigos sobre la situación de presión por la que está pasando y permita que ellos le ayuden a esclarecer las peticiones del perpetrador. Incluso dudar de la meticulosidad del fallecido o deudor sobre su práctica de pagos ayuda a desestimular al criminal.
No deje cabo
suelto para los perpetradores que asaltan la buena fe y abusan del dolor que
genera una pérdida. Su patrimonio y legado merece ser cuidado por sus
familiares o por quien Usted designe. Entre mejores canales de comunicación
Usted tenga, menor es el posibilidad de que un perpetrador abuse sus seres amados
en su ausencia. Edúquese sobre fraude y cómo un perpetrador puede arruinar el
futuro de sus familiares. Cierre las puertas de la vulnerabilidad y abuso antes
de morir en paz.
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