La
última actualización realizada por OFAC o la famosa Lista Clinton deja un sin
sabor deportivo en los corazones de muchos. Envigado Fútbol Club y sus
dirigentes entran por la puerta principal y quizás con honores después de diez
años de investigación y seguimiento. Hoy, otro equipo de fútbol colombiano está
en la boca de todos y no precisamente por su rendimiento y logros deportivos.
Para
nadie es un secreto que los clubes deportivos han sido blanco del lavado de
capitales. Históricamente, el fútbol, el deporte más popular del mundo, en
muchas circunstancias ha sido financiado y usado por los grupos mafiosos con el
único ánimo de legalizar el producto de los delitos económicos cometidos por
ellos. La diversidad de estructuras jurídicas societarias, la cultura del
dinero fácil y las angustias financieras
son aspectos que le abren la puerta al crimen organizado. Tan subjetivo como el
arte, la venta de pases de jugadores siempre ha sido un misterio y es por ello
que las astronómicas sumas de dineros que se mueven de un equipo a otro siempre
inquietan, pero nunca va más allá del morbo que produce un ranking mundial de
precios. Aspectos como la publicidad, boletería, transmisiones, patrocinios,
bonificaciones, entre otros; son las trampas interpuestas por la industria criminal
para introducir dinero sucio a las entidades deportivas.
La
Ley 181 del 18 de enero 1995, en su artículo 31 introdujo las primeras manifestaciones
sobre el control de la procedencia de capitales en los clubes con deportistas profesionales,
los cuales deben ser acreditados ante la Superintendencia de Sociedades. Más
tarde, la Ley 1445 de Mayo 12 de 2011 y el Decreto 3160 del 1 de Septiembre de
2011, modifican la Ley 181 ampliando el alcance de la norma y determinó
que el Instituto Colombiano del Deporte (Coldeportes)
debe ejercer funciones de inspección, vigilancia y control sobre todos los
organismos deportivos y demás entidades que conforman el Sistema Nacional del
Deporte, en conjunto con la Superintendencia de Sociedades. Es decir que
para el año 2011 la norma estableció
como Sujetos Obligados a los clubes con deportistas profesionales y como
Supervisor a Coldeportes.
Hoy,
19 años después de los primeros vestigios sobre la prevención del lavado de
activos, el deporte colombiano se ve envuelto en otro escándalo deportivo que
para muchos sería un secreto a voces o la crónica de un delito anunciado. Casi veinte
años después, nuestro sistema de prevención de blanqueo de capitales sigue
débil, quebradizo y con algunas fisuras. A pesar que la Circular Externa 304-000001 del 19 de
Febrero de 2014, ya derogada y reemplazada por la Circular Externa
100-00005 de junio 17 de 2014 de la
Superintendencia de Sociedades demuestran un importante avance en la
prevención de los delitos económicos que tanto afecta nuestro país; queda en el interrogante sobre la ardua labor de
prevenir delitos en la sociedad.
Si
bien es cierto el gobierno colombiano ha aprendido y creado los mecanismos
legales para proteger a las contra-partes como proveedores, clientes,
accionistas, socios, empleados y ahora jugadores; todavía hay un alto índice de
incredulidad en la dura tarea de prevenir y controlar el riesgo reputacional.
Un claro ejemplo es la última circular de la Superintendencia de Sociedades que
obliga la implementación de un programa de prevención de lado de activos para un
grupo de empresas determinado por el nivel de Ingresos en el año 2014 y sugiere
que para aquellas que no se encuentren bajo dicha circular, se implemente la
medida con carácter preventivo. Para el 31 de Diciembre, los nuevos sujetos
obligados y aquellos que no tenían conocimiento de su estatus deben estar
preparados con el esquema de prevención de blanqueo de capitales. Sin embargo,
hoy muchos de estos sujetos obligados no están aún listos para encarar la norma
y algunos otros juegan al copy paste.
Que
nos hace tan vulnerables al crimen organizado? Porque el deporte y en especial
el Fútbol es tan atractivo para la industria criminal? Es el Fútbol profesional un mercado informal? Es un aspecto cultural? Es incredulidad? Donde estaba
Colderportes como Supervisor? Los tentáculos de la Corrupción sacaron el balón de
la cancha? La doble moral no está ganando el partido? El juego limpio incluye las
finanzas transparentes? La financiación con dineros sucios es un autogol? Estas
y más preguntas surgen entre los aficionados, narradores e investigadores del
tema que de una u otra forma repudian cualquier manifestación de delito.
Algo
tenemos que aprender de los errores ajenos y no es necesario cometer los mismos
errores para entender que los delitos económicos están al asecho. La prevención
va más allá de una norma emitida por el gobierno. La prevención de los delitos
económicos debe obedecer a la cultura organizacional de cada entidad; debe ser
una actitud férrea frente a cualquier manifestación delito sin importar el
origen o el tamaño. Los valores, la ética y la moral no se deben negociar bajo
cualquier circunstancia. No a los autogoles morales.