Desde niños hemos admirado y seguido a aquellos
personajes que nos han llenado de emoción a través de la pantalla chica o del
cine. Los artistas en toda la extensión de la palabra han marcado de alguna
manera etapas de nuestras vidas con su música, películas, arte y hasta
telenovelas. La mágica manera de trasformar sus vidas personales para
envolvernos con la fantasía de sus cuentos de hadas o historias horror nos embelesa
a tal punto que desdibujamos la realidad de ese ser humano que nos divierte.
Sin embargo, no todos los artistas son de película o concierto
ni merecen ser aplaudidos, ya que existen otra clase de villanos reales que
tienen como objetivo engañar y destruir la dignidad de aquellas personas que
aún creen en los cuentos de hadas.
A continuación encontrará algunos tips o claves que le
ayudarán a identificar algunos comportamientos artísticos de un estafador o
defraudador, quien solo necesita su cerebro para crear las estrategias para
iniciar una película de amor puro y terminar en cuento terror desgarrador.
Los estafadores o defraudadores persiguen insistentemente
a las personas más vulnerables y desprotegidas, ya que su instinto les permite
oler carencias afectivas o emocionales y obviamente jugar con ellas. Si alguna
vez Usted fue estafado no significa que sea estúpido, solo significa que fue un
momento de vulnerabilidad. Los estafadores aman el amasijo de dolor, soledad,
tristeza y desespero que una persona puede demostrar en cualquier comentario o
post. Constantemente están buscando personas con bajo autoestima y alta
susceptibilidad para envolverlas y convertirlas en víctimas.
El éxito de un estafador depende del deseo y abandono racional
que tiene su víctima para vivir a través de la fantasía. La mejor forma de
descubrir los deseos de alguien es preguntando y tomando nota de los aspectos
de mayor importancia. Es por ello que las víctimas no hacen muchas preguntas
pero responden a muchas que un perpetrador haga. Por ejemplo, un estafador sabe
que las víctimas no investigan por qué la oferta es tan atractiva, pero si están
interesados en que la oferta les brinde beneficios o ganen dinero. Un estafador
no solo necesita ser un buen actor, también requiere de la audiencia para
llenar sus bolsillos.
Cada que se abre el telón, el perpetrador tiene
preparado el libreto o discurso para que su víctima se sienta más cómoda y
disfrute la función. Estos intrépidos artistas han recogido cuanta información
sea posible para forjar un lazo de confianza que le permita manipular
fácilmente a su víctima y crear un mundo de fantasía. Sus gestos, lenguaje
corporal, tono de voz, oportunidad en el discurso, vocabulario, seguridad y
hasta falso intelecto son algunos de los recursos que usan los estafadores para
crear una sensación de familiaridad y pertenencia. Un buen estafador
tranquiliza a su víctima a través historias con empatía que revelan sus propias
ansiedades, fallas y deseos para fabricar un terreno común donde los errores son
permitidos y jamás cuestionados. Lo más importante para los estafadores es
romper las defensas mentales de su víctima permitiendo el acceso al espacio
físico de sus bienes.
La vergüenza es el arma más poderosa de cualquier
estafador, de ahí que su abuso se convierte fácilmente en extorsión para
mantener a la víctima dominada y humillada. En su último acto, el perpetrador sacará
el mayor provecho posible antes que su víctima de salga del país de las
maravillas y despierte en la cruda realidad con menos dinero y sin dignidad.
Así que antes de entrar a la obra de teatro por la puerta principal, piense que
la salida de emergencia generalmente es por detrás.
En esta telenovela llamada vida, es una lástima la
falta de educación que nos rodea sobre los perpetradores o estafadores que
buscan las oportunidades para devorar la dignidad de las personas. Igualmente,
nuestros deseos de vivir en un mundo de ilusión donde no asumimos nuestros
problemas ni buscamos soluciones, abren la puerta para que los oportunistas con
libretos bien elaborados y diseñados para aquellos que solo quieran escuchar lo
que quieren escuchar. Un defraudador detesta la inteligencia, el sentido común
y la seguridad personal. No entregue su corazón y dinero en bandeja de plata a
un defraudador que no tendrá piedad al quitarle su dignidad; y antes de hacerse
películas mentales piense porque de eso tan bueno le están ofreciendo tanto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario